SE NOS HACÍA LA BOCA AGUA cuando se acercaban las doce del mediodía. Pablo había traído mermelada de ciruela Claudia y pan tostado para que degustáramos la mermelada que en otoño habían hecho sus padres del ciruelo que tiene el tío de su padre.
Al principio Pablo echaba muy poquita en el pan, para poder probarla y saber si nos gustaba, pero pronto se empezaban a escuchas expresiones como ¡deliciosa!, ¡qué rica!, ¡está buenísima!, ¡podemos comer más!
Veinticinco minutos comiendo pan y mermelada de ciruela puede parecer mucho tiempo, sin embargo se pasó rapidísimo.
¡Suena el timbre! Nuestros árboles, el de las tulipas y el ciruelo íbamos a sembrarlos en el patio.
¡OTRO MOMENTO DE EMOCIÓN!
Tuvimos que esperar mucho tiempo hasta que llegaron la herramientas, hacía un poquito de frío y comenzaba a llover. Ninguna de estas inclemencias del tiempo paraba nuestra alegría. Tod@s alrededor del ciruelo saltando y cantándole la canción de "La rueda de la Paz" de Juan Rejano.
Habíamos preparado en clase las acciones que teníamos que realizar para sembrar el árbol. El hoyo tenía que tener una profundidad de 60cm. y abajo del todo colocaríamos el estiércol que nos habían traído. La tierra estaba muy dura y como tenía muchas piedras pesaba bastante. Íbamos turnándonos en sacar la tierra, echar el estiércol, colocar el árbol, colocar el tutor, rellenar el hoyo y pisar. La lluvia se encargó de regar una vez hecho el círculo alrededor del árbol.
El mismo proceso para el árbol de las tulipas. Aquí la tierra estaba más arcillosa, dura y llena de piedras. Llovía mucho y nos resguardamos hasta que llegó el momento de colocar el árbol en la tierra.
Las plantas aromáticas se quedaron esperando hasta el lunes.
Las plantas aromáticas se quedaron esperando hasta el lunes.
Quería dar las gracias, desde aquí, al grupo de tercero, a Fabiola -su tutora- y, en especial, a la familia de Pablo por la estupenda mermelada que compartió con el grupo. Fui una de las afortunadas en probarla y...¡estaba para chuparse los dedos!
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